El viento helado de Rusia lamía las cicatrices invisibles de la piel de Ryuusei. El dolor residual de su Regeneración Dolorosa era un eco constante bajo su piel, una memoria quemante de la brutalidad de su curación. Estaba de pie, sus músculos dolían por el esfuerzo de la reconstrucción, agotado hasta la médula, pero entero. En el valle desolado, el silencio que dejó la partida de Aurion y John Valmorth era abrumador, roto solo por el aullido del viento y sus propias respiraciones irregulares.
Su mente era un campo de batalla tan devastado como el que acababa de dejar. La humillación de su derrota en diez segundos a manos de Aurion, la crudeza del análisis de John Valmorth ("idiota", "potencial desperdiciado"), el peso de algo nuevo lo aplastaban. Se sentía vasto en potencial ("Quinta o Sexta Generación", según John), pero patéticamente pequeño e inmaduro en la realidad.
Pero más allá de la humillación personal, una parte de su mente se aferraba al aspecto más oscuro del lore Valmorth que John había mencionado. La brutalidad hacia los "sangres sucias". La ejecución de niños por el color de sus ojos. El horror casual con el que John había hablado de ello, y cómo él mismo se identificaba con la "pureza". La injusticia inherente resonaba con la propia lucha de Ryuusei por los marginados, los que no encajan en los moldes del mundo.
Inmerso en estos pensamientos oscuros, quizás creyéndose completamente solo en ese valle deshabitado, Ryuusei dejó escapar sus reflexiones en voz alta. Su voz, ronca y baja por el agotamiento y el dolor residual, rompió el silencio.
—Sangres sucias… —murmuró, con una mezcla de incredulidad y horror—. Ejecutar a tu propia familia… niños… solo por no tener… el color de ojos correcto…
Procesaba el horror casualmente aceptado por un ser tan poderoso como John Valmorth. La arbitrariedad de la crueldad. Luego, la pregunta salió, dirigida al valle mismo, a la vasta e indiferente extensión de Rusia.
—¿En el linaje Valmorth… —su voz se alzó un poco, cargada de una indignación silenciosa—…de verdad hay… sangres sucias…?
La pregunta, formulada en voz alta, tocó una fibra expuesta en el tejido de la realidad del valle.
Una figura apareció en el borde del valle, con una velocidad que sugería que nunca se había ido realmente, solo se había detenido para observar. John Valmorth.
Su calma casual se había evaporado por completo. Su cara, usualmente marcada por la arrogancia tranquila, estaba contraída por una frialdad intensa y peligrosa. Sus ojos rojos brillaban con una luz letal que Ryuusei no había visto antes. Había oído.
Se acercó a Ryuusei con pasos deliberados, cada uno resonando con una potencia reprimida.
—Vaya —la voz de John era baja y cortante, llena de una ira helada que no gritaba, sino que prometía un dolor terrible—. Parece que tu inmadurez… te impide saber cuándo quedarte callado. Y saber qué temas… están fuera de tu alcance.
Se detuvo a pocos pasos de Ryuusei, su mirada era un juicio implacable sobre el marginado. —El hecho de que haya sido… un poco condescendiente contigo — su tono destilaba desprecio por la idea misma de haber sido amable —al explicarte algo que tu diminuta mente no comprendía… no te da…— El aire a su alrededor se tensó visiblemente con su poder latente. —…ningún derecho… a mencionar mi apellido.— Las palabras sobre su apellido se sintieron cargadas de peso, de historia, de un tabú roto.
La intensidad en los ojos rojos de John se centró en Ryuusei, y la ira se condensó en una amenaza directa. —Y mucho menos aún…— Su voz se volvió una sibilancia helada, más peligrosa que cualquier rugido—. …a decir ESO.— Enfatizó "ESO" con una fuerza que hizo que Ryuusei sintiera que acababa de cometer una blasfemia cósmica al mencionar a los "sangres sucias". Era una línea que no se cruzaba. Un secreto oscuro del linaje que no se verbalizaba, menos aún por un "idiota" de generación inferior.
John dio otro paso, su figura pura de pureblood Valmorth irradiaba una peligrosa autoridad. La regla sobre su nombre no era negociable. —Mi nombre… el apellido Valmorth… no se usa a la ligera. No por cualquiera que se arrastra por ahí.— Su aura de Linaje Puro explotó momentáneamente, una ráfaga de poder frío e inmenso que barrió el valle, pero la contuvo de inmediato. —Solo aquellos que yo considero… dignos. Que demuestran un poder que respeto. Que son verdaderamente fuertes. Solo ellos pueden dirigirse a mí por mi nombre. Y mucho menos… usar el apellido de mi Linaje.— La regla era clara, y Ryuusei la había roto de la manera más ofensiva posible, sin haberla ganado.
La ira helada de John se asentó en una decisión implacable. Ryuusei era débil, impertinente, y acababa de insultar lo más sagrado para un Valmorth pureblood: la "pureza" de su linaje y el secreto de la sangre sucia. —Pero tú… Kisaragi.— Usó el apellido de Ryuusei con desprecio, una inversión del privilegio que acababa de describir. —Eres débil. Eres un idiota con potencial. Y me has faltado el respeto de la peor manera posible.— Su tono era final, sin espacio para la discusión o la piedad. —Ya que te empeñas tanto en aprender a base de golpes, y ya que me has hecho enojar…— Una chispa cruel de sus ojos rojos. —Te daré una lección.— Declaró, sentenciando a Ryuusei a un nuevo tormento. —Una sobre el respeto. Una sobre el precio de usar nombres que no mereces pronunciar.—
El silencio se rompió en una explosión de movimiento y energía. John Valmorth no perdió el tiempo. Con una velocidad que, aunque no llegaba a la de Aurion, era aún sobrehumana y letal, se lanzó sobre Ryuusei. Su katana apareció en su mano como si se hubiera materializado del aire.
Ryuusei, a pesar de su agotamiento y el dolor residual, reaccionó con la velocidad instintiva forjada en el entrenamiento de Snow. Su aura, aunque disminuida, fluyó para defenderse. Esta no sería otra derrota pasiva. Había sido llamado "idiota" por no pelear bien, y ahora, incluso superado, se negaba a simplemente caer.
El acero de la katana de John silbando en el aire, buscando una vida. El aura de Ryuusei interceptando, desviando por un instante. Un choque de voluntades y poder en el valle aislado. John Valmorth, el pureblood furioso, contra Ryuusei, el potencial de alta generación, desafiante y dolorido, luchando por su vida en la primera "lección" real sobre el precio del conocimiento y el respeto a los poderosos.