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Chapter 185 - Capítulo 29: Llegada a la Zona de Conflicto

El incesante traqueteo del convoy, la banda sonora del viaje transcontinental, comenzó a cambiar. El vasto paisaje canadiense dio paso a una frontera marcada por la desolación y la vigilancia. Kilómetros y kilómetros recorridos, a través de llanuras, bosques y, finalmente, la inmensidad helada. El esfuerzo logístico había sido monumental, una orquesta de miles de motores y la voluntad controlada de una nación moviéndose bajo el mando de unos pocos. El largo viaje había terminado. Habían llegado a Rusia.

La entrada no fue un cruce de frontera convencional. Utilizando la premisa acordada con la facción rusa de Ryuusei –llegaban "como ayuda" humanitaria y de estabilización a gran escala–, el convoy fue dirigido hacia una base militar rusa pre-designada cerca de la frontera. No era una base moderna, marcada por el abandono reciente y las cicatrices de conflictos pasados, pero ofrecía infraestructura básica y, crucialmente, un punto de entrada "legítimo" para una fuerza tan vasta.

El primer contacto fue manejado por Kaira. Mientras el convoy se desplegaba en las áreas asignadas, una pequeña delegación de oficiales rusos (una mezcla de escepticismo, alivio y cautela en sus rostros) esperaba en la entrada principal. Kaira, con el Presidente de Canadá a su lado (luciendo la fachada de líder preocupado que supervisaba la misión de su país), y acompañada por Bradley (una presencia silenciosa pero formidable) y Ryuusei (su figura enmascarada inescrutable), se presentó.

Kaira, utilizando su telepatía para asegurar que el mensaje se recibiera con la "comprensión" adecuada y controlando sutilmente las mentes clave, reafirmó la historia de cobertura: una misión masiva de las Fuerzas Armadas Canadienses para proporcionar asistencia y estabilidad en una región afectada por la crisis. La escala del contingente hablaba más alto que cualquier palabra, una abrumadora muestra de fuerza que, incluso bajo la excusa humanitaria, prometía un cambio en el equilibrio de poder local. Los oficiales rusos, condicionados por la influencia de Kaira y quizás aliviados por la llegada de cualquier fuerza organizada, aceptaron la "ayuda" y facilitaron el despliegue.

Una vez que el convoy se hubo asentado, se estableció rápidamente el Puesto de Mando Avanzado en el edificio principal de la base rusa. Mapas tácticos aparecieron en pantallas, personal militar canadiense (bajo influencia) tomó sus posiciones. La atmósfera se volvió eléctrica, cargada con la inminente confrontación.

La planificación del ataque por sorpresa comenzó de inmediato. Ryuusei tomó asiento en el centro, la autoridad final. A su lado, Kaira, ya inmersa en el análisis de la inteligencia más reciente sobre las posiciones japonesas. Volkhov y Aiko estaban presentes, sus posturas de combate tensas pero listas, listos para aportar su experiencia de primera línea. Arkadi observaba desde una esquina, sus ojos antiguos brillando con una mezcla de curiosidad mística y, quizás, una vaga comprensión de los movimientos en el tablero de ajedrez militar.

—La inteligencia de las últimas horas confirma las posiciones clave del enemigo —dijo Kaira, su voz era clara y concisa, navegando por los datos militares con una facilidad aterradora para alguien que usaba control mental como su herramienta principal—. Las fuerzas japonesas han fortificado la ciudad de Novozoria y controlan los accesos principales. Creen que cualquier ofensiva vendrá por tierra a lo largo de la carretera principal.

Ryuusei asintió. —Sorpresa. Esa es nuestra ventaja.

—El objetivo, según lo discutido —continuó Kaira, proyectando un mapa táctico en la pantalla—, es ahuyentarlos de Novozoria. No es una ocupación inicial, es un golpe rápido y contundente para romper su control, infligir bajas significativas y obligarlos a retirarse de esa posición clave. Estableceremos una cabeza de puente para futuras operaciones.

La estrategia se delineó. Utilizarían el transporte aéreo canadiense (los vastos Globemasters) para insertar unidades de asalto de élite y vehículos ligeros detrás de las líneas japonesas, creando caos y cortando rutas de escape. Las fuerzas terrestres avanzarían por rutas menos esperadas, utilizando su masa y potencia de fuego para romper las defensas restantes.

Se asignaron los roles. Las unidades canadienses recibieron sus órdenes a través del alto mando influenciado. Y luego, los roles para los miembros de Operación Kisaragi, cuyas habilidades específicas eran ahora las piezas más afiladas en el tablero.

—Nuestra fuerza de asalto primaria para la inserción aérea —dijo Kaira, señalando un punto en el mapa—. Volkhov y Aiko, irán con las primeras unidades. Su experiencia en combate cuerpo a cuerpo y su capacidad de regeneración rápida los hacen ideales para abrirse paso en el caos inicial. La puntería de Volkhov será crítica para eliminar objetivos clave bajo fuego. La espada de Aiko… para romper líneas.

Volkhov y Aiko asintieron, una chispa de anticipación en sus ojos. El combate era su idioma.

—Chad y Brad —continuó Kaira, señalando las rutas de avance terrestre—. Irán con las unidades de vanguardia. El poder de explosión de Chad será vital para romper defensas fortificadas o eliminar grupos enemigos densos rápidamente. El control de tierra y metal de Brad le permitirá manipular el terreno, crear coberturas, levantar barreras o desmantelar obstáculos metálicos. Su capacidad para moldear el campo de batalla en tiempo real será invaluable. Y su regeneración rápida les permitirá operar en las zonas de mayor peligro.

Brad sonrió, una expresión de oscura diversión. Chad asintió con seriedad.

—Amber Lee y Ezequiel —dijo Kaira, señalándolos para tareas de infiltración o apoyo —. Iremos nosotros. Su veneno, Amber Lee, puede ser utilizado para neutralizar personal o crear diversiones tóxicas en áreas controladas por el enemigo. La ballesta proporciona un método sigiloso de entrega. Ezequiel… su control del tiempo… puede crear micro-ralentizaciones tácticas para ganar segundos vitales en un asalto o para obtener información rápida de un área. Su hacha es eficiente en el combate cerrado si es necesario.

Amber Lee ajustó su ballesta. Ezequiel ladeó la cabeza, su mirada distante como si ya estuviera calculando variables temporales. Kaira incluyó a Bradley y a sí misma en esta unidad de apoyo/control, utilizando su telepatía para coordinar y, si es necesario, controlar mentes enemigas.

—Sylvan —Kaira señaló un área de flanqueo boscoso—. Irás con una unidad de apoyo pesado. Tu poder sobre las plantas puede convertir el entorno a nuestro favor, crear coberturas, emboscadas o inmovilizar vehículos enemigos. Tu resistencia y regeneración te hacen una barrera viviente.

Sylvan asintió lentamente, su forma de árbol se integraría sorprendentemente bien en el paisaje ruso si había bosques.

—Arkadi —Kaira miró al viejo mago—. Permanecerás aquí en el puesto de mando. Tu comprensión del magia pueden ser necesarias si encontramos anomalías inusuales en la zona de conflicto o si la historia del lugar revela puntos débiles místicos. No estarás en la línea de fuego, pero tu visión arcana es un activo.

Arkadi pareció un poco decepcionado por no ir al frente, pero asintió, entendiendo su rol.

El diálogo de planificación continuó, ajustando detalles, coordinando movimientos de tropas masivas con las acciones específicas de los miembros de Operación Kisaragi. La tensión en el puesto de mando era palpable.

Con el plan finalizado, las órdenes se transmitieron. La base se convirtió en un hervidero de actividad febril pero controlada. Soldados (bajo influencia/obediencia) cargaban sus armas, revisaban el equipamiento, ajustaban las correas.

El equipo de Operación Kisaragi se preparaba a su manera, algunos revisando armas únicas (las dagas y martillos de Ryuusei, la espada de Aiko, la ballesta de Amber Lee, el hacha de Ezequiel), otros simplemente concentrándose, sintiendo su aura o sus habilidades específicas listas. Su regeneración rápida (y dolorosa en el caso de Ryuusei) les daba una confianza fría ante el peligro.

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