Cherreads

Chapter 16 - Punto de Quiebre

-¡N-no!, ¡estás mintiendo!, ¡no es verdad! -grité con fuerza-.

El sabio Pilón solo cerró los ojos y continuó:

-Esa es la verdad... Tu padre jamás te odió, todo lo que él sentía por ti era amor genuino. Cada vez que él te torturaba, sentía un inmenso dolor en su corazón.

-¡Cállate! ¡Mi padre era una mala persona, le encantaba ver a los demás sufrir! -le exclamé apretando los dientes-.

-Te niegas a ver lo que está frente a tus ojos. Te he observado, Caleb. A lo largo de tu travesía sospechabas de la verdadera situación de tu padre, pero siempre te prohibiste aceptar que él te amaba. Muy en el fondo, ya sabías la verdad.

Al escuchar estas palabras me congelé y mis ojos se abrieron de par en par.

-A juzgar por tu reacción, di justo en el blanco.

Me quedé pasmado, viendo y percibiendo a este anciano derrochando su aura. Un aura atemorizante que me carcomía los huesos. Podía sentir como se metía en mi mente centímetro por centímetro, intentando tocar el más profundo fondo de mi mente.

-¡Silencio!, ¡¿qué sabes tú de mí?!, ¡no sabes nada de lo que he pasado o sufrido!

-¡Solo eres un viejo imbécil que se aprovecha de los demás para sacar ventaja!

-Te equivocas, lo sé todo -dijo el abuelo-. A medida que viajabas, dudabas de tus acciones. Empezaste a sospechar que malentendiste las cosas con tu padre. ¿Pero, por qué seguiste con tu venganza convenciéndote a ti mismo que tu padre era igual de malvado que Adavass?, la respuesta es sencilla: Porque si no lo hacías, sentirías que toda tu vida fue una mentira y no tuvo significado. Te encerraste a ti mismo en una burbuja para protegerte.

Experimenté el sentimiento de desesperación más grande de toda mi vida. Mis manos temblaban, mi corazón latía demasiado rápido y mi cerebro se nublaba. Este anciano me estaba dañando por dentro, estaba resquebrajando mis interiores.

-N-no, n-no es cierto. Yo, ¡yo continué con mi venganza porque soy un monstruo! -le dije desesperado-. Asesiné personas y destruí pueblos y ¿adivina qué?, ¡lo disfruté!

El sabio se me quedó mirando por unos segundos antes de declarar:

-Eres un chico difícil... Prefieres quedar como un tirano antes que tumbar los muros que tienes en tu interior. Cada vez que acababas con personas y pueblos sentías remordimiento por tus actos, incluso esa vez después de la muerte de Mugen -continuó el sabio-.

-Tú no eres un monstruo, solo un niño que ha sufrido mucho. ¿Acaso un monstruo perdonaría la vida de una madre y un hijo?, ¿acaso un monstruo ayudaría a un indigente en apuros?, ¿acaso un monstruo le salvaría la vida a un carpintero a punto de morir?, ¿acaso un monstruo sonreiría al apoyar a distintas vidas?, ¿acaso un monstruo se sentiría mal por el tráfico humano?, ¿acaso un monstruo-

-¡Cállate! -vociferé-. ¡Estoy harto de que me hables como si entendieses todo por lo que he pasado! ¡Nada de lo que dices es cierto! ¡Papá nunca me amó y jamás sospeché que me quería!

-¡¿Si es así, entonces por qué no has revisado los recuerdos sellados de tu mente?! -habló Pilón levantando la voz por primera vez-.

Mis párpados se abrieron nuevamente, lo único que pude hacer fue dirigir mi mirada al piso derrotado. Tenía razón, no había visto aquellos recuerdos porque tenía miedo. Miedo a encontrar la verdad escondida.

Agarré mi Etherius gritando frenéticamente y me dirigí hacia el anciano para atravesarlo y matarlo.

¡Estaba harto de escuchar sus charlatanerías!, ¡Solo tenía que enviarlo al infierno y ya no podría volver a pronunciar ninguna palabra más!

Me acerqué a él lo más veloz que pude y abalancé mi espada en su dirección. El esquivó ágilmente con un movimiento algo exótico para luego colocar sus manos en mi frente y decir:

-¡Si no quieres verlo por tu cuenta, tendré que obligarte a hacerlo!

El abuelo liberó su poder mágico y realizó el hechizo de "lectura mental" en mí para quitar bruscamente los tres sellos de recuerdo en mi cerebro.

Una lluvia de memorias aparecieron en mi mente:

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Recuerdo 1

Estaba abatido por las torturas inhumanas de mi padre, mis piernas no respondían y mi visión se esfumaba poco a poco. Sentía como toda mi energía vital se desvanecía. Me estaba muriendo.

Con la poca vista que me restaba pude observar a mi papá nervioso, colocó su mano sobre mí y un aura color rojo empezó a rodearme. Se sentía cálido y cómodo. Mis piernas comenzaban a responder de nuevo y mis párpados ya no se sentían pesados. Mi cuerpo se estaba curando.

Una vez recuperado, lo miré con malicia y odio, pero confuso. Mi padre me había salvado la vida.

Antes de que pudiera decir una sola palabra, lágrimas brotaron de la cara de mi papá, se arrodilló en el piso y comenzó a llorar desconsoladamente:

-¡Lo siento tanto... se supone que debo salvarte y sin embargo casi soy el causante de tu propia muerte!

Mi padre en el piso soltaba lágrimas genuinas de dolor. No sabía lo que estaba pasando. Desde mi perspectiva, el mismo hombre que me torturó por meses estaba de rodillas disculpándose conmigo.

Estuvo ahí por lo menos diez minutos antes de que se levantara, se recompusiera lo mejor que pudo y pusiera sus manos en mi cabeza.

Percibí cómo lo que acababa de experimentar iba evaporándose lentamente.

Todo lo que estaba relacionado con este momento se desvaneció como niebla.

Recuerdo 2

Me encontraba en el sótano atado con cadenas como siempre, mi padre apareció por la puerta y sin decir una sola palabra puso sus manos en mi cabeza y empezó a liberar poder mágico. Mis memorias sobre todas las torturas que mi padre había cometido en mi contra desaparecieron, había puesto un sello de recuerdo en ellas.

-¿Papá, qué hacemos en el sótano? -pregunté inocentemente-.

-No pasa nada, Caleb. Dime, ¿no quieres ir a jugar como en los viejos tiempos?

Mi cara se iluminó con una sonrisa verdadera, después de la muerte de mamá, nunca había jugado con mi padre.

Mi padre me llevó al jardín y jugamos a duelo con espadas de madera. Por alguna razón era mucho mejor en ese juego de lo que nunca fui, era como si mi cuerpo estuviera acostumbrado a ello.

Después, me llevó al bosque a buscar animales para cazar. Fue muy divertido, aunque me dio tristeza tener que matar a los conejos. Mi tiro con arco también había mejorado bastante desde la última vez.

Por último, jugamos al escondite, me escondí utilizando la sombra de un árbol generado por la luz solar, no sé por qué, pero creí que sería un buen escondite. Mi padre tardó treinta minutos en poder encontrarme, normalmente lo hacía en solo cinco minutos.

Estaba más feliz que nunca, mi papá y yo nos reíamos y divertíamos mucho. Pero de un momento a otro, una cara melancólica se presentó en él.

-¿Qué pasa, papá? -pregunté girando la cabeza hacia un lado-.

-Ojalá pudiéramos pasar el resto del tiempo de esta forma -me respondió con una faz triste-.

Nos devolvimos hacia el sótano, donde colocó sus manos en mi frente y liberó mucha energía. Mis recuerdos jugando con él desaparecían poco a poco como si las nubes taparan el sol.

Y después de unos segundos, quité sus manos de mi frente agresivamente:

-No me toques maldito imbécil.

-¿Qué se creía?, ¿acaso pensaba que ya no recordaba la última vez que me torturó? La próxima vez que se atreva a tocarme le voy a arrancar los pies enteros -pensé furioso-.

- ¡¿Te atreves a revelarte contra tu amo?! -exclamó mi padre con una mirada siniestra y una sonrisa tan macabra que me asqueó-. Hoy tendrás el doble de tortura, necesito hacerte recordar quién es la mascota.

Recuerdo 3

El horizonte teñido de anaranjado inundaba mi rostro, estaba sentado en una banca junto a un árbol y un viento agradable. Todo era perfecto, excepto mi viejo agarrándome con una cadena atada a mi cuello.

-¡¿Por qué rayos me llevaste aquí, vejestorio?! -le pregunté despreciándolo-.

Mi padre se quedó en silencio por unos minutos. Estaba mirando al horizonte, no sentía ningún tipo de hostilidad de su parte. Era como si él simplemente quería que mirara el atardecer.

-Caleb, si estás oyendo esto, significa que en futuro encontraste este recuerdo -pronunció mi padre repentinamente y con una voz suave-. No tengo idea de lo que estás haciendo en este momento. No sé si ya serás un adulto, no sé si ya encontraste a la chica de tus sueños y no sé si pudiste hacer amigos. Pero de lo que si estoy seguro, es que sufriste mucho. Grabo este mensaje en tu subconsciente con la esperanza de que lo veas en algún momento...

-Yo, solo quiero disculparme por todo lo que te hice, todo el dolor y sufrimiento que te causé.

Lágrimas empezaron a brotar de los ojos de mi padre mientras continuaba:

-Lo siento mucho. No te pido que me perdones, porque lo que hice fue inexcusable... Pero, quiero decirte algo: Te quiero, y siempre lo haré, no importa donde estés o qué estés haciendo, tu madre y yo te amamos.

Después de decir estas palabras mi papá me abrazó. Por alguna razón no lo alejé, sus palabras parecían sinceras, y a pesar de que no lo había absuelto por todo lo que hizo, acepté su acto de disculpas.

Antes de que me diera cuenta, pequeños quejidos salieron de mi boca seguido de un llanto. Nos quedamos abrazados llorando levemente consolándonos uno al otro frente a un sol rojo y atardecer carmesí.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Caí de rodillas al suelo con lagrimones cayendo de mis párpados por la liberación de estas memorias repentinamente. ¿Qué demonios era esto?, mi padre me envió un mensaje a través de recuerdos. ¿Cómo puede decir que me quiere después de todo lo que hizo? ¿Por qué?, ¿por qué pasó todo esto?

La pared que había puesto para protegerme se estaba derrumbando en pedazos por mis lágrimas, todo lo que hice para no bajarla en todos estos años fue en vano.

-Esto es duro, pero si quieres avanzar debes de pasar por esto -pronunció Pilón tratando de consolarme-.

-¡No quiero escucharte decir nada más!, ¡no puedes simplemente aparecer, decir que me conoces y hacerme pasar por todo esto! -respondí tratando de contener mi tristeza-.

-No, no te conozco, pero sé exactamente lo que debes hacer -exclamó el sabio-.

Este sujeto se manifestó de la nada, me explicó mis sentimientos como si pudiera leer a través de mí, reveló mis recuerdos sellados y ahora, ¿me dice que sabe lo que tengo que hacer? Estaba tan tembloroso que involuntariamente caí de rodillas al piso.

-¡Si de verdad sabes lo que debo de hacer...! ¡DÍMELO! -grité desesperado tirado en el piso

Justo después de vociferar estas palabras, el anciano empezó a acercarse en mi dirección a paso lento, pero seguro.

-¡NO TE ACERQUES A MÍ! ¡ALÉJATE! -intenté amenazarle abrumado-.

Intenté agobiado y casi gateando alejarme lo más que pudiese del sabio, pero mi espalda se topó con una de las paredes de la cabaña haciendo imposible mi escape.

Viendo que no tenía ninguna escapatoria simplemente cerré los ojos esperando lo peor.

Jamás me hubiera imaginado que sentiría unos brazos envolviéndome cálidamente.

Abrí los ojos para darme cuenta que aquel viejo me estaba dando un gentil abrazo. Fue el abrazo más cariñoso que había recibido en mucho tiempo.

-Déjalo salir -dijo el anciano-. "Todo el dolor que tienes acumulado en ti, déjalo fluir y no lo dejes embotellado dentro. No se trata de mostrarle al mundo lo fuerte que eres, se trata de mostrarle tus debilidades".

Fue en ese momento que me quebré.

Recordé todo: la muerte de mi madre, el maltrato que toleré de chico, las noches frías que pasé solo, lo que tuve que hacer para sobrevivir, todas las veces que sufría en silencio y la muerte de Mugen.

Todo explotó y salió a flote en un solo momento. Mis quejidos brotaban mientras lloraba a cántaros. Toda el agua de lluvia que contenía las nubes cayó del cielo empapándome a mí y al sabio mientras estábamos abrazados. Aún con el sonido de las gotas de lluvia, mis gritos de dolor retumbaron en todo el sitio por horas.

Simplemente, no pude aguantar más, aquellas restricciones que había puesto fueron bajadas por un solo hombre en una sola noche.

More Chapters