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Una cierta irregularidad desafortunada (Touma en Date a Live)

NasserL
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Synopsis
Kamijou Touma llega a un mundo diferente que parece ser normal. Sin embargo, su vida da un giro al conocer a un misterioso "Espíritu" y quedar atrapado en un conflicto entre organizaciones secretas al borde de la guerra. Con su Imagine Breaker como única esperanza, Touma deberá conseguir salvar a todos o fallar y perder su estabilidad que lo llevé a utilizar el poder que duerme en el "sello" que podria amenazar la existencia misma. Cuando los caminos de "Imagine Breaker" y del "Espíritu" se cruzan, esta historia comienza. (Fanfic Crossover de Toaru Majutsu no Index y Date a Live)
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Chapter 1 - Capítulo 1: El Fin del Comienzo de una Historia.

Nota al inicio.

Este Es Un FanFiction Escrito Por Diversión Sin Fines De Lucro Basado En Las Obras Escritas De Kazuma Kamachi (To Aru Majutsu No Index: Old Testament) y Kōshi Tachibana (Date A Live). Todos los personajes y elementos utilizados en este fanfiction, no me pertenecen, crédito a sus respectivos autores.

Este es mi primer FanFiction, para los más antiguos en este canal, saben el tiempo que transcurrió desde la primera publicación del crossover que hice de estos dos animes. Lamento ese hecho, pero, después de mucho tiempo, vuelvo con una nueva historia y algo más de información de las novelas. La trama principal de esta historia trata de cierto chico desafortunado que llega por medios desconocidos a un "nuevo mundo" en donde existen las anomalías conocidas como "Espíritus". El protagonista es Kamijou Touma, un chico normal de preparatoria que puedes encontrar en cualquier lugar, con la habilidad de su mano derecha "Imagine Breaker", que buscará las respuestas necesarias para volver a su mundo y hará todo lo posible para hacerlo.

¿Quieres saber cómo se desarrollará este personaje en este mundo?

De todos modos, espero que disfruten de esta larga lectura.

¿A quién se le ocurre volver esta historia en una novela? Que desgracia.

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Volumen 1: Un destino diferente para cierta princesa.

Prólogo. Un cierto cambio en la historia de ese chico desafortunado. Kamijou-Touma.

Fiamma, el último miembro de la Iglesia Ortodoxa Romana y del Asiento de la Derecha de Dios, quien había provocado la Tercera Guerra Mundial desde Rusia, fue finalmente derrotado gracias a los esfuerzos de Kamijou Touma, solo para desaparecer al final.

Este no era un mundo perfecto.

Era el mundo que ese chico deseaba proteger.

A pesar de su deseo, el chico sufrió muchísimo para seguir adelante, mientras nuevas crisis se acercaban, listas para estallar en cualquier momento.

Sin embargo, él confiaba en su voluntad y en su habilidad conocida como "Imagine Breaker".

El poder que reside en la mano derecha de Kamijou Touma, capaz de anular poderes sobrenaturales, ya fueran de espers o magia. Debido a que no se considera ni un poder mágico ni científico, podría considerarse como una "irregularidad".

Una crisis que nadie había notado se acercaba inexorablemente, pero entonces...

"No debería hacer esto. Lo lamento. Otra vez tendrás que disculparme por hacer todo esto..."

Una hermosa voz, que extrañamente le resultaba familiar, resonó.

"¿Qué? ¿Tú quién eres...?"

"Tranquilo, no tengas miedo. Voy a necesitar tu ayuda."

Aquel chico de secundaria comenzó a perder el conocimiento, sus ojos cerrándose lentamente mientras veía una lucecita que emergía desde la profundidad de las aguas del Océano Ártico.

"Puede que no te guste lo que pienso hacer, pero estoy dispuesta a cumplir ese deseo, solo espera un poco más."

"¿Deseo?"

La dulce y familiar voz fue interrumpida.

Reporte: El "Imagine Breaker" podría presentar un problema para la siguiente operación. Se requiere reajustar el punto de referencia de su mano derecha.

Proceso: 10... 20... 30... 50... 70... 90%.

Cambio de punto de referencia. Proceso: 100%.

Y luego...

La existencia de Kamijou Touma desapareció por completo de ese mundo.

"Definitivamente, el resultado será totalmente diferente."

***Este es solo un relato donde los rieles del destino se desvían hacia una dirección desconocida, desafiando la teoría de los mundos paralelos tipo banda elástica.***

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Capítulo 1. El Final del Comienzo de una Historia.

Parte 1.

Los párpados de cierto chico normal de preparatoria se movieron ligeramente.

Lentamente, sus ojos forzaron una pequeña abertura, permitiendo que una intensa luz blanca invadiera su campo de visión. Por un momento, pensó que estaba en el cielo. Sin embargo, cuando todo se aclaró, se dio cuenta de que solo estaba mirando una lámpara de techo encendida.

(¿Qué...?)

La expresión en su rostro era de total confusión.

(¿Dónde... estoy...?)

Mientras su cerebro adormecido comenzaba a despertar, los recuerdos del día anterior resurgieron lentamente.

El 30 de octubre, el estudiante Kamijou Touma derrotó a Fiamma de la Derecha, líder del Asiento de la Derecha de Dios, y también al Arcángel Gabriel, quien desapareció entre las frías aguas del Océano Ártico. Todo gracias a su mano derecha... Imagine Breaker.

Lo único que recordaba en aquella inmensa oscuridad era haber escuchado una voz familiar.

"...Estoy dispuesta a cumplir ese deseo... Solo espera un poco más..."

(¿...De...seo...?)—se preguntó, confundido por el significado de aquella palabra.

Al incorporarse lentamente en la cama, comenzó a observar los alrededores.

Equipos médicos, muebles apropiados, un televisor, una silla de metal, una pequeña mesa y una canasta... Era claramente una habitación de hospital, pero no era su habitación habitual.

(¿Eh? ¿Estaré en otra habitación?)

Kamijou llevó su mano a la boca y retiró la máscara de oxígeno. Luego se miró el cuerpo y comenzó a quitarse los electrodos del pecho y el abdomen, así como la vía intravenosa en su brazo izquierdo.

Al hacerlo, la máquina junto a la cama emitió un pitido suave.

(...Index...)

Sus labios pronunciaron el nombre de una chica con aspecto de monja.

(¿Estará bien?)

No pudo evitar sentirse preocupado.

—Tengo que calmarme... Ella debe estar bien —dijo para sí mismo, intentando disimular su inquietud.

—Así que todo se acabó... —murmuró con una leve risa, como si se burlara de sí mismo.

Sin embargo, el chico no creía que la calma hubiese llegado. Sentía que aquello no era más que el inicio de una nueva cadena de infortunios.

Después de todo, era un presentimiento natural tras todo lo que había vivido recientemente.

(De verdad... ¡mi futuro es tan oscuro!)—pensó. Aquella frase solo intensificaba su desesperanza.

Recordar su vida plagada de desgracias le resultaba desalentador, pero había aceptado que ese era su destino.

Aunque anhelaba una vida normal, sabía que jamás la alcanzaría si seguía por ese camino.

Y aun así, no podía evitarlo. Ese era el único camino que lo definía como Kamijou Touma.

Desde que perdió la memoria, el miedo a no ser aceptado lo había empujado a actuar según las expectativas de los demás, arrojándose a situaciones peligrosas sin comprenderlas del todo.

En ese momento, su estómago gruñó.

—¿?

Mientras se sujetaba el abdomen, el sonido se repitió.

(Creo que un poco de arroz, una sopa de verduras y carne resolverían esto...)

Ese fue el deseo del chico hambriento.

Lamentablemente, recordaba bien las gachas de arroz sin sal que sabían a pegamento para microondas o el trozo de salmón a la parrilla que parecía plástico.

—Hombre... ¿acaso no se puede conseguir algo mejor? —dijo, bajando la cabeza y suspirando con resignación.

—¡Qué desgracia...!

Después de decir eso, un dolor en la garganta lo sorprendió.

Estaba seca, algo que no había notado. Para aliviarla, tragó saliva.

(Necesito agua...)

Desvió la mirada hacia la canasta sobre la mesa y, movido por la sed, rebuscó en su interior con la esperanza de encontrar algo que lo aliviara.

Para su fortuna, encontró una botella de agua.

Sin pensarlo dos veces, la destapó y comenzó a beber con avidez.

(Mucho mejor)

Entonces bajó la vista y notó un reloj digital.

Lo observó con atención, algo que desearía no haber hecho.

(¿¡Qué... qué demonios!?)

Escupió agua de su boca cuando vio la fecha en ese reloj.

Si. La hora y la fecha mostrada eran las 08:00 AM. del día 17 de abril.

—¿Qué pasó? ¿Esto es real?

Sentía el agua caer sobre su bata, pero lo ignoró por completo.

No podía creerlo. Nunca había dormido tanto en un hospital.

La idea de que fuera una broma por parte del personal médico era posible, pero...

—¡No, no, no...! ¡No puede ser!

Entonces recordó algo aún más importante.

—¡¿Las clases?!

El cuerpo del desafortunado chico se congeló al decir esas palabras.

—¡Espera! Tal vez tenga alguna oportunidad... debe ser posible, ¿no? —murmuró, intentando animarse.

Como dicen, la esperanza es lo último que se pierde... incluso cuando ya todo está perdido.

Pero en el caso de Kamijou Touma, la realidad era otra.

17 de abril.

Si el reloj estaba en lo cierto, habían pasado unos seis meses.

En Japón, el año escolar comienza en abril y termina en marzo. Eso significaba que...

—¡Ahhhhhhh! ¡El período escolar terminó en marzo! ¡Komoe-sensei me va a matar!

Pequeñas lágrimas asomaron en sus ojos, como un niño desesperado.

—¡Este día no puede empezar peor!

Y sin embargo...

Kamijou Touma era de esas personas que encontraban algo bueno incluso en su desgracia.

A pesar de haber perdido el año escolar, el chico de cabello puntiagudo sonrió.

—Por lo menos sé que Index está bien.

Aunque estaba feliz de volver a verla, no podía evitar sentir cierto miedo.

(Si la voy a ver... ¿debería protegerme la cabeza?)

Sabía que lo merecía si algo ocurría.

Mientras pensaba cómo preparar su disculpa, notó algo extraño.

(¡Qué raro! Ahora que lo pienso... ¿dónde está el Doctor Cara de Rana?)

(¿Se estará tardando porque atiende a otro paciente... o estará con su fetiche de enfermera?)

Sin mucho que hacer, dirigió la mirada a la ventana.

La luz del sol entraba suavemente, brillando como si pasara a través de las hojas de un árbol.

Una escena familiar, como el día en que despertó por primera vez.

Y entonces...

—Oh, veo que despertaste.

—Um, sí. Parece que este Kamijou-san no puede evitar meterse en problemas.

—¿Problemas? ¿Te refieres a haber sido arrastrado por un "terremoto espacial"?

Al escuchar esa extraña pregunta, volvió la mirada hacia su lado derecho, pensando que vería al médico con cara de rana, pero no fue así.

—¡Fue un milagro que sigas con vida! ¡Te has recuperado tan rápido! ¡Estoy sorprendida!

Era una chica.

La persona en la puerta era una joven, tal vez de su misma edad.

—¿Pasa algo?

—N-no, nada...

La chica tendría unos quince o dieciséis años.

Su piel blanca hacía juego con su cabello blanco plateado corto. Sus ojos azules parpadearon levemente. Mirarlos era como asomarse al abismo del océano. Su rostro era inexpresivo, como una muñeca viviente.

Probablemente la mejor representación de una verdadera muñeca humana.

(¿Por qué... por qué una chica tan linda está aquí?) —se dijo a sí mismo.

Pero entonces, volvió en sí, y preguntó.

—Esto... disculpa, ¿puedo saber quién eres?

No recordaba haberla visto antes.

—...Parece que esperabas a otra persona.

La chica bajó la cabeza en señal de disculpa.

—Lo lamento.

—No... no te preocupes. Pensé que era el doctor.

Kamijou estaba muriendo de vergüenza por dentro.

¿Quién podría confundir la voz de una chica con la de un médico anciano?

—Ahh, lo siento. Sé que confundir tu dulce voz con la de un médico es muy estúpido. —Desvió la mirada, sonrojado—. Es solo que como tardó tanto, pensé que él estaba hablando conmigo.

—Se inclinó—. Perdona a este chico idiota.

Sus sinceras palabras resonaron en la habitación.

—Descuida. No vine a recriminarte.

—¡Qué alivio! —suspiró el chico—. Parece que esta vez el doctor está ocupado.

—¿"Esta vez"? —preguntó la chica—. ¿Has estado aquí antes?

—¿Segunda vez? Para nada... Te sorprenderías si supieras cuántas veces he estado en este hospital.

La chica inclinó la cabeza con curiosidad.

—No creo que eso sea algo de lo que sentirse orgulloso.

Por alguna razón, Kamijou sintió que ella le tenía lástima.

—¡No lo digas así...!

—Entonces, ¿estás intentando romper un récord mundial por hospitalizaciones? No deberías alardear de eso.

Aquello le recordó las palabras del Doctor Cara de Rana cada vez que lo veía llegar con heridas nuevas.

(¿Por qué acabé hablando tan mal de mí frente a una chica?)

Pensándolo bien, quizás debería evitar meterse en problemas para no volver al hospital tan seguido.

Pero sabía que eso no sucedería.

—...¡Qué desgracia!

Y así, con ese suspiro cargado de mala suerte, Kamijou Touma comenzaba un nuevo día en este mundo.

Parte 2.

—En primer lugar, creo que deberíamos presentarnos.

—Por mí está bien.

—Mi nombre es Kamijou Touma, un estudiante de preparatoria que puedes encontrar en cualquier parte.

—¿Kamijou...? Tu nombre está relacionado con el significado de "La Persona Superior a Dios", ¿cierto?

—Sí, ya me lo han dicho. Mi apellido, "Kamijou", suena igual que esa expresión.

—Entonces, ese tono que usaste, ¿podría decirlo yo también?

—No veo ningún problema.

—Mi nombre es Tobiichi Origami, estudiante de segundo año de preparatoria. ¿Es algo así como lo dijiste?

—Nooo... No pensé que sonaría tan ridículo.

Una vez más, Kamijou sintió que estaba haciendo el ridículo frente a esta chica, por lo que desvió la mirada.

—Creo que haces muy bien tu presentación. No deberías avergonzarte por eso.

—Ahora resulta que la chica está siendo considerada...

Kamijou, que solo estaba bromeando, giró de inmediato hacia ella para continuar:

—Mmm... Esto... Perdón por lo que voy a decir, pero... tu nombre me recuerda a esa afición que consiste en hacer animales, flores y muchas otras cosas doblando papel.

El rostro de Origami no cambió ante el comentario. Su expresión permanecía estoica.

—Sí. Era buena en eso cuando era niña.

—Entiendo...

En ese momento, el chico de cabello puntiagudo observó el atuendo que llevaba la chica de cabello blanco plateado.

Vestía una camisa blanca de manga larga, un blazer negro encima, una cinta roja al frente, una falda corta azul, medias blancas hasta la rodilla y zapatos de vestir. Era evidente que era una estudiante de preparatoria.

—Disculpa si esto suena raro, pero... no recuerdo haber visto ese uniforme. ¿Es de alguna escuela nueva?

Por más que intentaba, Kamijou no lograba identificar el uniforme.

—¿Te refieres a este uniforme...?

—Sí...

Origami inclinó levemente la cabeza y colocó una mano sobre su pecho, señalándose a sí misma.

—Es de la Preparatoria Raizen.

—¿Eh? ¿Preparatoria Raizen?

—Es raro que no la conozcas. ¿Estás de visita en esta ciudad? No parece que lo hayas oído antes.

—¿Yo? Para nada. De hecho, vivo aquí. Pero no me suena el nombre de esa escuela. Quizás no sea de mi distrito.

Dudar de que Kamijou fuera de Ciudad Academia era absurdo. Esa escuela llamada "Raizen" no podía estar en el Distrito 7, lo que explicaría por qué no la conocía.

—Por cierto, Tobiichi-san, ¿por qué estás aquí? No creo que el doctor Cara de Rana te haya enviado... ¿o sí?

—¿Doctor Cara de Rana? No, nunca he visto a un médico con esa característica.

—¿¡No está?! —exclamó sorprendido—. ¡Qué extraño! Siempre lo veía cuando venía al hospital...

No era normal que el doctor Cara de Rana no lo atendiera.

Sin embargo, lo más extraño era que esta chica, desconocida hasta ese momento, hubiera venido a verlo.

—¿Eres una estudiante de medicina haciendo prácticas aquí? —preguntó Kamijou con una sonrisa.

—No.

—¿Qué...? Entonces, ¿por qué una chica desconocida está visitando a este desafortunado chico?

Esto era extraño. Si no era estudiante de medicina en prácticas, ¿qué hacía allí?

—¿No lo recuerdas?

—Mmm... ¿Te conozco de algún lado?

—No... no creo que me hayas visto antes. Después de todo, te encontramos inconsciente hace tres días en el centro de la ciudad.

—¿Eh...? ¿¡Dijiste tres días?! ¿¡Qué significa eso!?

—Exactamente eso. Después de que te rescatamos del terremoto espacial y te llevamos al hospital, te tomó tres días despertar.

—¿Qué...? ¿Quieres decir que ese reloj está mal?

Origami miró el reloj sobre la pequeña mesa.

—No... la fecha y hora son correctas. ¿Por qué lo preguntas?

(Pero si... La última fecha que recuerdo fue el 30 de octubre.)

Ese día... Ese día fue cuando todo terminó. La batalla contra Fiamma, el caos global...

Kamijou bajó la cabeza, sujetándose las sienes como si el dolor pudiera darle una respuesta.

Él pensaba que lo habían rescatado luego de esa batalla, pero...

(¿Cómo demonios pasé de eso al 14 de abril?)

—¿Estas bien?

—Si... bueno, ¿Qué es eso de... terremoto espacial? Hasta donde sé, ese fenómeno solo colapsa redes eléctricas o telecomunicaciones, pero su fuerza no es suficiente para dañar estructuras físicas. Creo que era... un fenómeno que sacude los campos eléctricos de la Tierra.

—...No hablo de ese tipo de terremoto espacial.

—Entonces...

Este chico no parecía conocer la verdad del mundo.

Si seguía insistiendo en que no había oído hablar de los terremotos espaciales, la gente pensaría que estaba loco. Le dirían cosas como:"¿En qué mundo de fantasía vives?","¿Te golpeaste la cabeza?", o "¿Te estás burlando de mí?"

La única explicación lógica era que había perdido la memoria.

—¿...? ¿Acaso perdiste tu memoria?

—...¿Qué?

—La mayoría de las personas en esta ciudad sabe lo que es. Es muy raro encontrar a alguien que no lo conozca.

—Realmente no sé de qué hablas. Dices que me encontraron inconsciente en el centro por un terremoto espacial, ¿no?

—Así es. Pero... ¿por qué actúas como si no supieras nada?

—Voy a ser sincero contigo. Si lo que dices es cierto... entonces he perdido los recuerdos de los últimos seis meses... ya que mis únicos recuerdos son desde esa fecha.

—¿¡...?!

El rostro de Origami mostró una leve sorpresa ante las palabras de Kamijou.

—...Perder seis meses de tu vida no es nada agradable. Lamento que te haya pasado eso.

—Lo sé. No es raro que me sucedan este tipo de cosas...

Kamijou dijo eso como si sintiera pena de sí mismo.

—...Diciéndolo así, solo pareces una persona extremadamente desafortunada.

—...Muy desafortunado... Muy desafortunado... Muy desafortunado... —repitió en voz baja.

Y entonces...

—¡AAAAAAAHHHHHHHHH! ¡NO NECESITAS RECORDARME QUE SOY DESAFORTUNADO!

Esa reacción era esperable, ya que Kamijou se ponía muy sensible cuando se hablaba de lo desafortunada que era su vida.

—¿Ah? —dijo Kamijou al volver en sí, mirando a la chica.

—¿Estás bien? —preguntó Origami.

—Sí... perfectamente. Gracias.

—Descuida. Si ese incidente afectó tu memoria, solo necesitas esperar. A veces ocurre. No te asustes, tu memoria regresará.

—¡Por favor, no sigas!

El chico parecía querer llorar.

—Si sigues creyendo que eres una persona desafortunada, terminarás convenciéndote de eso. No creo que toda tu vida lo sea.

—¿Eso... es un intento de animarme?

Kamijou Touma era alguien extremadamente desafortunado.

Desde despertarse con su tostadora incendiando el pan hasta verse involucrado en guerras secretas entre organizaciones mágicas y científicas, su vida parecía una broma cósmica mal contada. Pero con el tiempo, había llegado a entender algo: no era solo mala suerte. Su mano derecha, el Imagine Breaker, rechazaba lo sobrenatural... y con ello, también cualquier pizca de fortuna. Era como si incluso el destino mismo le tuviera rencor por rechazarlo.

Aun así, a pesar de cada tropiezo, cada golpe y cada tragedia, seguía avanzando. Porque si alguien como él, con toda esa supuesta mala suerte, podía proteger aunque sea una sonrisa, entonces quizás... no todo estaba perdido.

—...

En ese momento, Kamijou escuchó pasos suaves por el pasillo. Alguien se acercaba.

¿Una enfermera más...? No. Los pasos se detenían frente a su puerta.

—Están aquí.

Era una mujer con ropa casual: una camiseta roja bajo una camisa blanca de manga larga con el cuello desabrochado, y pantalones blancos.

No era una enfermera. Era una visitante.

Entonces, ¿por qué hablaba como si lo conociera?

La mujer de cabello negro (?) se rió.

—¿Interrumpo algo?

—Esto... ¿Tú quién eres?

—Ah, es verdad. Kusakabe Ryouko. No me recuerdas porque fui yo quien te trasladó al hospital mientras estabas inconsciente.

—¿Kusakabe?

Kamijou observó el cuerpo de la mujer, dándose cuenta de que tenía un cuerpo esbelto y que su busto y caderas estaban más desarrollados que los de Origami.

Era obvio notarlo, ya que esta mujer era diez años mayor que ambos adolescentes.

—¿Eres una conocida de Tobiichi-san?

—¿Te refieres a Origami? —respondió la mujer de cabello negro.

—Sí...

—Por cierto, mi nombre es Kamijou Touma.

—Oh, qué bien, Kamijou-kun. ¿Puedo preguntarte algo muy importante?

La mujer de cabello negro preguntó con un tono alegre demasiado forzado.

—Bueno... sí puedo resolver tu duda, está bien.

—...Qué bien, porque quisiera saber algo muy importante.

Su tono de voz no cambió en absoluto.

—¿¡No tienes mejores cosas que hacer en la vida que solo querer matarte!?

Esa voz que hace un rato parecía cariñosa, ahora transmitía algo de molestia.

Al escuchar eso, Kamijou mostró una expresión de sorpresa y confusión, pensando que la pregunta que hizo esta joven era una broma.

—¿...Eh? Em... disculpe... ¿cómo llegó a una conclusión tan poco lógica?

—¿No es obvio? Todo el mundo sabe qué hacer en una situación así, y tú estabas en una zona muy difícil de ser alcanzada por el terremoto espacial. Planeabas morir, ¿verdad?

La mujer de cabello negro hablaba en serio.

—¡No! ¡Nooo...! ¡Nunca haría algo como eso!

—Entonces, ¿cómo podrías explicar eso?

—...No sé.

No sabía qué decir. Así que el chico de pelo puntiagudo llevó su mirada hacia la chica de cabello blanco plateado, como si pidiera ayuda.

—No llegaste a entrar a un refugio subterráneo cuando se activó la alarma, ¿correcto?

Finalmente, Origami intervino.

—Sí, se podría decir que sí. No recuerdo mucho de lo que pasó, ya que perdí la memoria.

—...No lo sabía.

Sin embargo...

Esto no impidió que el desafortunado chico fuera regañado por Kusakabe.

—No lo vuelvas a hacer. Si escuchas una alarma en la ciudad, tienes que dirigirte a los refugios subterráneos. No quisiera que esto pase dos veces.

—Está bien, está bien... Eh, ¿puedo saber si alguien vino a visitarme?

—No, nadie vino a visitarte.

—Entiendo, no hay razón para apresurarse.

El chico de pelo puntiagudo sonrió levemente.

(Creo que es demasiado pronto para visitar a alguien en el hospital) —se dijo a sí mismo.

—Oh, parece que la conversación se está alargando mucho, ¿verdad, Origami?

Mirando el reloj digital sobre la mesa, Origami asintió con la cabeza y suspiró.

—Mi tiempo aquí ha terminado.

La chica de cabello blanco plateado empezó a caminar hacia la entrada.

Y entonces...

—Lamento que hayas perdido tu tiempo conmigo...

Al escuchar eso, la chica dejó de caminar.

—Hubiera preferido tener algo de información sobre el incidente. —Volvió su cabeza y lo miró para decir una cosa más—. Eso no es posible, ¿verdad?

Kamijou no dijo nada, solo sacudió la cabeza de un lado a otro, como si dijera "No".

—...Ah, bueno. Si recuerdas algo, espero que me lo hagas saber de inmediato.

—Está bien. Si con eso puedo ayudar en algo, lo haré.

Una vez que Origami finalmente salió de la habitación, él pensó, tratando de recordar lo que había sucedido, y se preguntó a qué se refería ella con "incidente".

Sin embargo, en ese momento, sus pensamientos se dispersaron al escuchar la voz de Kusakabe.

—Oh, lo olvidé. Tengo que darme prisa...

Parecía que acababa de recordar algo muy importante.

—¿Podrías quedarte en este lugar hasta que regrese?

—Seguro que sí, voy a quedarme en esta habitación. Ya que tengo que esperar a alguien...

—Gracias, ya que quiero hablar más tarde contigo.

Y así comenzó el día para el chico conocido como Kamijou Touma.

Parte 3.

—Así que perdió la memoria... ¿Daño cerebral? Es raro. Es como si alguien le hubiera hecho un agujero en la cabeza. ¿No sabía qué decir, o simplemente no quiso hablar del tema? No puedo imaginar lo que debe estar viviendo ese chico.

—¿Daño cerebral? ¿Te refieres a lo que le causó el desastre?

Origami preguntó sin ocultar su desconcierto.

—No... Al parecer, su daño cerebral ocurrió mucho antes. Aproximadamente hace tres meses.

—¿Qué clase de daño cerebral?

—No lo tengo claro, pero no es una simple pérdida de recuerdos. Más bien parece una Destrucción de Memoria.

Origami se quedó en silencio.

En ese momento, ambas llegaron frente al ascensor.

Ryouko presionó el botón, y las puertas se abrieron con un leve sonido metálico.

Sin decir una palabra, ambas entraron, y poco después, las puertas se cerraron tras ellas.

—Lo que más me sorprendió fue que cuando lo llevamos al tratamiento del Realizador para sanar sus heridas y analizar a fondo su estado cerebral, su cuerpo rechazó el tratamiento.

—¿Rechazar el tratamiento?

—Bueno... más que rechazarlo, fue como si su cuerpo anulara cualquier efecto del Realizador.

—¿Eso es siquiera posible? Tengo entendido que todas las personas que se someten a ese tratamiento... suelen recuperarse más rápido y puede utilizarse para analizar operaciones más complicadas. Pero... capitana.

—Si.

—No debería mencionar tan normalmente el "Realizador". Eso es un secreto de estado.

Ryouko se llevó la mano derecha al cuello, claramente nerviosa.

—¡Lo siento, lo siento! No se lo digas a nadie, ¿sí? ¡En serio me metería en problemas!

Un par de lágrimas casi infantiles asomaron en el rostro de la mujer de cabello negro, en contraste con su rango y edad.

—Entiendo. ¿Y qué pasará con él?

—Recomiendo que sigamos observándolo. Aún está tratando de entender su entorno. Pasará tiempo antes de que recupere, si es que lo hace, al menos una parte de lo que vivió.

En ese instante, el ascensor se detuvo en el piso 1 y las puertas se abrieron.

—Hasta aquí, nuestros caminos se separan.

—Lo sé. Volveré a la escuela.

Después de decir eso, Origami caminó hacia la salida mientras Ryouko se apoyó contra la pared cerca del ascensor y dejó escapar un suspiro cargado de resignación.

—¡Haaah! ¡¿De verdad tengo que ir a ver a esos tipos?!

Parte 4.

En alguna parte fuera de las infinitas capas de ese mundo.

Una extraña anomalía sonreía, contemplando el resultado obtenido.

Era evidente que se sentía complacido. Gracias a su intervención en el orden natural de las cosas, había logrado desviar el camino de cierto chico. Al mismo tiempo, una cierta entidad de la capa científica se percató del desvío.

—...Esto es...

La voz del ser llamado Aiwass habló en un tono algo sorprendido.

—Yo que pensé que nada podría sorprenderme.

El territorio que lo conectaba con el mundo actual se había debilitado debido a la interferencia de Accelerator con la conciencia de Last Order. Aunque Aiwass había perdido gran parte de su presencia en este mundo, fue capaz de detectar esa anomalía que había pasado desapercibida para todos los demás.

—Si realmente las cosas empiezan así, Aleister tendrá que pensárselo dos veces para considerar si sus planes tienen que continuar o sufrir algunos cambios.

—Esperaba oír algo así de ti.

—En realidad, no me extraña que me encuentre con una clase de vida extraterrestre.

Aiwass respondió con un tono estoico.

Era el Santo Ángel Guardián "Aiwass" quien estaba hablando con un ser de una naturaleza trascendental casi igual como él.

—¿Fuiste tú quien causó esto?

—Debería responder eso, ¿cierto? Pero con tu nivel... ya deberías ser capaz de deducirlo por ti mismo.

—Sí... definitivamente vas a ser un dolor de cabeza para el Estrella de Plata.

—...Ahora que está en mis manos, me aseguraré de que siga por ese camino. Si crees indicado decirle, puedes hacerlo.

—No sería divertido decirlo sin más. Quiero ver de lo que eres capaz —comentó Aiwass con una sonrisa ambigua—. Dime algo... ¿te interesa Kamijou Touma como persona... o sólo su mano derecha?

La pregunta quedó flotando en ese lugar desconocido.

—Por ahora, estoy bien con simplemente observar.

Parte 5.

Mirando por la ventana, Kamijou Touma contemplaba el cielo teñido de tonos naranja, rojo y amarillo, mientras los cerezos florecían en el parque del hospital.

(No puedo negar que la tarde en primavera ofrece las mejores vistas), pensó.

Todo esto era hermoso.

Pero, inesperadamente, el cielo comenzó a oscurecerse. Sin darse cuenta, las nubes grises cubrieron el firmamento y pequeñas gotas comenzaron a caer.

—¡...! ¡Oh, en serio! ¿Una lluvia?

Kamijou se quejó por el repentino cambio del clima.

Como si el día quisiera arruinarle la vista, la lluvia se intensificó en un instante.

—¡Demasiado rápido! ¡¿Esto no es normal?!

Frustrado, apartó la mirada del exterior y volvió a la habitación.

(...Así que no vinieron a visitarme...)

Le parecía extraño que sus amigos o familiares no se hubieran presentado. Algo no cuadraba.

(¿De verdad estoy en el mismo hospital?) —se preguntó.

En ese momento, Kamijou escuchó un ligero golpe detrás de la puerta.

—Voy a entrar.

La puerta se abrió y una mujer entró a la habitación.

—Hola Kamijou-san.

—¿Kusakabe-san?

Era ella, Kusakabe Ryouko, ahora vestida con una camiseta negra bajo una blanca y pantalones verdes.

—¡Oh, qué sorpresa! ¡Aún estás aquí!

—Tú dijiste que vendrías en la tarde.

Ryouko soltó una breve risa.

—Jajaja... Aja, cierto. —Respiró hondo y añadió—. Bueno, ya que te has recuperado, ¿te aburriste esperando en esta habitación?

—Em... Sí. Esta habitación tiene buena vista, pero con el tiempo esto se vuelve realmente aburrido, aunque me alegra tener un poco de tranquilidad.

—¿Lo dices porque hay lluvia?

—Oh, rayos. Apenas he visto el exterior y la lluvia arruino lo que observaba. —Él suspira—. ¡Tal desgracia!

—Oh, ya veo. Tengo entendido que perdiste la memoria, ¿cierto?

Esa pregunta lo hizo alzar la mirada.

—Sí... Al parecer, sí.

El chico de cabello puntiagudo se lamenta de su mala suerte.

—Ah, eso. Bueno... te encuentras en el hospital militar Tenguushi.

—Ehh... esto... ¿escuche bien? ¿Tu dijiste... un... Hospital Militar?

—Sí. Era obvio que te sorprenderías. Verás...

—No me digas que tú...

Kamijou sabía lo que eso significaba, esta joven de 29 años tal vez pertenece a la fuerza policial o...

—Si. Soy parte de las Fuerzas de Autodefensa de Japón.

Esa confirmación no lo sorprendió del todo. La Fuerza de Autodefensa de Japón, aquel ejercito que fue establecido en Japón tras el fin de la ocupación estadounidense del país, tras la Segunda Guerra Mundial. Siendo conformado por civiles como si fueran funcionarios especiales, a diferencia de otros ejércitos alrededor del mundo, solo se limita a la propia autodefensa del país, prohibiéndose usar esta fuerza fuera del territorio nacional.

—Entiendo, eso lo explica todo. Mmm... ¿Podrías explicarme sobre los terremotos espaciales?

—¿De verdad no recuerdas nada?

Ryouko inclinó la cabeza con una expresión desconcertada.

—No. Nunca escuché sobre un fenómeno así.

—Uh. Es extraño. Está bien mientras puedas recuperar tu memoria, te ayudaré.

Si realmente era una persona común, bastaba con explicarle lo básico.

—Un terremoto espacial es un fenómeno desconocido que genera una onda espacial masiva capaz de destruir todo a su paso.

—¿Destruye todo? ¿Una onda espacial? ¿Puede verse desde el espacio?

—Sí... y no. Por ahora ocurren a menor escala, pero...

Ryouko se detuvo.

—Hubo casos a gran escala. El primero fue en el centro de Eurasia. Países como la antigua Unión Soviética, China y Mongolia... toda esa área desapareció en una sola noche.

—¿¡Qué?! ¿Cuándo ocurrió eso?

—Hace 30 años.

—Treinta años... ¿Cómo es que no lo recuerdo?

—No lo sé. Se suponía que perdiste los recuerdos de hace seis meses, no de toda tu vida.

—¿Qué? Bueno, tal vez... no sea amnesia que borró ciertos recuerdos.

—Bueno... El segundo gran evento fue el Gran Desastre de Kanto. Como su nombre lo indica, arrasó el sur del Kanto. Se registraron más de 200 millones de muertes.

En ese instante, el rostro de Kamijou se contrajo con horror al momento de escuchar eso.

—Y ese fue solo el comienzo. Luego vinieron más desastres, aunque ahora parecen ser de pequeña escala.

—Solo escucharlo ya suena como una película apocalíptica...

—Sí, o un mal sueño. Pero esa es nuestra realidad.

Los terremotos espaciales son el dolor de cabeza de este mundo. Incluso después de la aparición de esos dos desastres, surgieron otros más, causando un número de muertos que hacía temblar a Kamijou con solo pensarlo.

Sin importar como lo veas, la humanidad tuvo que ser fuerte para superar tal situación apocalíptica.

—Por cierto, ¿has escuchado sobre el incidente de octubre que involucró a Inglaterra, Rusia y Ciudad Academia?

—¿Te refieres a alguna guerra?

Kamijou pensó en la Tercera Guerra Mundial, un conflicto encubierto entre la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Iglesia Anglicana y Ciudad Academia.

Pero, esa reacción hizo que Kamijou dudara y se negará que esa posibilidad fuera real.

—Sí —afirmó.

—No tengo idea. ¿Ciudad Academia? ¿No será alguna institución educativa?

En ese instante, la alarma se activó en la mente de Kamijou.

—Espera, no se supone que estoy en Ciudad Academia.

—Te encuentras en Ciudad Tenguu, Kamijou. Ni siquiera sabes eso.

—¡¿Hablas en serio?!

—Sí. ¿Por qué estás tan confundido?

Kamijou no respondió. Si Ryouko decía la verdad... entonces, ¿eran falsos sus recuerdos?

¿Estaba él equivocado, o el mundo había cambiado? O tal vez... este era otro mundo.

—¿Estás bien? ¿Sucede algo raro?

—No... No es nada. Solo que nunca había escuchado sobre una ciudad llamada Tenguu...

Y, en parte, tenía razón. Todo esto se volvía más misterioso cuanto más lo pensaba.

¿Una ilusión? ¿Un sueño del que solo necesitaba despertar?

—Creo que deberías descansar.

Y en ese momento, la puerta de la habitación se abrió.

Ambos se giraron al escuchar la voz de una joven enfermera, de unos veinte o treinta años, que se acercaba con un carrito de comida.

—¡Aquí tiene el almuerzo, paciente!

—Humm... Está bueno. Mucho mejor de lo que esperaba.

Kamijou, que siempre había creído que la comida del hospital era horrible, quedó sorprendido por el sabor del plato. No parecía hecho en un hospital.

(¿Esto es comida de hospital? ¿Cómo puede ser tan rica? ¡Es exquisita!) pensó mientras devoraba a toda prisa cada bocado.

Era la primera vez que comía algo tan sabroso. Nunca imaginó que algo así fuera posible en un hospital. Después de todo, lo que solía importar era que el paciente recibiera los nutrientes necesarios. El sabor siempre quedaba en segundo plano.

—Delicioso... Humm... Siento que voy a llorar —murmuró con una sonrisa de felicidad.

—Parece que lo estás disfrutando —comentó la enfermera—. Bueno, que lo disfrutes.

Con eso, se marchó de la habitación.

Al terminar, Kamijou colocó la bandeja y el plato en el carrito. Estaba satisfecho. Entonces miró a Ryouko, recordando que aún había cosas por resolver.

—Ya que terminaste de comer, quiero preguntarte si tienes un lugar a donde ir.

—Bueno... No, no tengo. Como te dijo Tobiichi-san, tuve un problema en la cabeza y... estoy algo confundido.

—Sí, Origami me comentó. Lamento que te haya pasado eso.

—No te preocupes. Ya veré qué hacer después... supongo.

Kamijou no parecía muy seguro de sus propias palabras.

—Y lo dices con tan poca convicción.

—¿Qué quieres que diga?

—Pensé que dirías algo como: "Oh, señorita Ryouko, ¿podría alojarme en su casa? Soy un pobre desafortunado sin un lugar donde ir" —bromeó ella, con una sonrisa burlona.

Kamijou negó con la cabeza, apenado.

—Aunque lo dijera, sería muy vergonzoso. Y... lastimaría mi orgullo como hombre.

—¿Prefieres quedarte en la calle antes que aceptar ayuda?

—¡No dije eso! Supongo que... podría pedírtelo...

La joven de cabello negro suspiró y se llevó una mano al cuello.

—De todas formas, no puedo dejarte vagando por ahí. Como miembro de las Fuerzas de Autodefensa, no puedo ignorar tu situación.

—¿Estás segura? Solo soy un chico raro. No quiero ser una molestia.

—¿Y vas a decir eso justo ahora?

—Bueno, yo...

Ryouko le entregó algo.

—¿Esto es...?

Kamijou abrió la mano derecha y vio una llave y una hoja de papel.

—Un lugar donde puedas pasar la noche.

—¿Estás hablando en serio?

—Sí. Confío en que eres una buena persona y sé que te portarás bien. Además, no necesito una razón para ayudar a quien lo necesite.

Ante eso, el chico siente cierta familiaridad con esa respuesta.

Estaba seguro de que él haría lo mismo en su lugar.

—Esto... supongo... que gracias.

Kamijou guardó silencio un momento y luego suspiró.

—Tengo que cambiarme.

—Oh, voy a retirarme.

Después de que Ryouko saliera de la habitación, Kamijou se levantó de la cama y vio la ropa que tenía en la canasta. Estaba dispuesto a salir de este hospital y descubrir con sus propios ojos que es lo que está pasando en este mundo.

Parte 6.

Después de que la lluvia había acabado, la puesta del sol volvió a pintar el cielo en tonos cálidos de amarillo, naranja y rojo, alejando las nubes grises que momentos antes lo cubrían.

Muchos estudiantes regresaban de la escuela a sus hogares. Algunos, sin embargo, se dirigían a otros destinos: el centro comercial, restaurantes, tiendas, o supermercados para abastecerse.

Entre esos estudiantes se encontraba un chico de cabello azul, que sujetaba débilmente su maletín mientras parpadeaba con pesadez.

—Las clases de hoy fueron más largas de lo habitual, ¿no crees, Itsuka? —comentó un chico de cabello negro puntiagudo, peinado hacia atrás, con ojos gris oscuro, casi negros.

—Sí... Eso... Qué mal, supongo...

Parecía que apenas podía hablar. Su caminar lento, su expresión vacía... parecía un zombi andante.

—¡Te veo muy cansado estos días! ¿Te pasa algo?

El chico de cabello negro lo miró con preocupación. La expresión de su amigo dejaba claro que no había dormido bien últimamente.

—¿Cuál será la comida para mañana?

—¡¿Me ignoraste?!

Itsuka Shido, que caminaba junto a su amigo, se detuvo y miró al cielo teñido de amarillo.

—Entonces... ¿Qué falta...? Ah, eso. Hacer compras, volver a casa, hacer tareas del colegio y del hogar, atender a mi hermana menor, y luego... ah, sí, ese maldito juego que me hace quedarme varias horas despierto.

Sin darse cuenta, acababa de responder la pregunta de su compañero.

—¡¿Me oyes, Itsuka?!

Finalmente, Shido sintió que alguien le hablaba. Giró la cabeza para mirar.

Pantalones grises, una camisa blanca de manga larga, corbata azul con rayas negras y grises, y por último, un blazer negro con un emblema escolar de su escuela.

—¿Eres...?

Su pelo negro puntiagudo era inconfundible. Ese rostro molesto también...

Después de mirarlo por un pequeño rato, él reconoce a esa persona.

—¿Estabas aquí? ¿No te habías ido, Tonomachi?

—¡¿Ahhh?! ¡¿No te diste cuenta de que estaba aquí todo este tiempo?!

—¡Lo siento, lo siento! Es solo que últimamente estoy muy ocupado.

—Pues deberías tomarte un descanso, Itsuka.

Shido se lo pensó por un momento.

—Sí, lo sé. No me tomes por tonto, pero no puedo. Si lo hiciera... ¿quién cuidaría de mi hermana menor?

Ese era el mayor problema. Con sus padres de viaje, él tenía que asumir el rol de jefe del hogar y cuidar a su hermana menor.

—Sobre eso...

—Ni lo pienses.

—¡Oh, vamos! No es para tanto, cuñado.

—Deja de llamarme cuñado. Estoy considerando seriamente alejarme de ti.

Shido alejó su mirada de su mejor amigo. Realmente estaba considerando esa opción.

—¡No, eso no! ¡Y yo que pensaba que estábamos en buenos términos!

—¿¡Eso creíste!? —dijo Shido sin mirarlo.

A los lejos, Shido observa a un cierto chico que vestía un blazer azul oscuro con unos pantalones del mismo color, que se movía de un lugar a otro mientras sostenía una hoja de papel, como si pidiera ayuda sobre algo.

Parecía estar perdido.

Su apariencia podría ser descrita como un estudiante común a excepción de su cabello puntiagudo. Sin embargo, su cabello le hacía recordar a su mejor amigo.

—Itsuka, ¿qué estás mirando?

Tonomachi siguió la mirada de Shido hasta toparse con aquel chico perdido.

La gente pasaba sin prestarle atención. Pero justo cuando parecía que alguien lo ayudaría, un repentino viento levantó la hoja de papel que tenía el chico en sus manos.

—¡Nooo...! ¡No te vayas! ¡No huyas!

Ese chico con mala suerte dijo eso mientras perseguía la hoja que iba volando.

Ante esa escena desafortunada, Itsuka Shido tomó la iniciativa y avanzó hacia la dirección en la que iba el viento, dio un salto y logró alcanzar la hoja de papel.

Entonces, el chico de cabello puntiagudo que venía acercándose, dijo con una voz alegre.

—¡Oh, qué bien! ¡Lo atrapaste!

Cuando Shido miró la hoja vio que se trataba de una dirección.

(...¿Era esto? Ahora entiendo por qué preguntaba a todos los que pasaban.)

Se volvió hacia el chico de cabello puntiagudo.

Viéndolo de cerca, tenía un pelo parecido al de su mejor amigo, Tonomachi Hiroto. Pero...

A este chico le queda mucho mejor ese estilo.

—¿Esto es tuyo?

Mientras lo decía, se dio cuenta de lo obvio que sonaba.

—Sí... necesito ese papel. Estoy buscando llegar a esa dirección.

—¿Interrumpo algo? —intervino Tonomachi al ver que quedaba fuera de la conversación.

Ambos chicos de cabello puntiagudo se miraron por unos segundos.

—Discúlpenme... ¿puedo pedirles ayuda con esta dirección?

Shido lo leyó, pero hubo un problema.

—Eh... Creo que no podré ayudarte. No conozco esa parte de la ciudad.

—¡Oh, qué pena! —respondió el chico, bajando la cabeza.

Sin embargo...

En ese instante, un carro que avanzaba a una amplia velocidad pasó por encima de un charco, esto no tendría nada de malo, de no ser porque había pasado al costado de ellos, y como era de esperarse.

El agua sucia empapó completamente solo a ese chico.

—... ¡Ahhhhhhhh-Esto no puede estar pasando! ¡Mi... ropa! ¡Mi ropa!

Ese chico desafortunado era Kamijou Touma que fue golpeado por su mala suerte.

Para empeorar las cosas, la hoja de papel también se había mojado, volviendo ilegible lo que estaba escrito en ella.

—¡No... no... nooooo! ¡Mi mala suerte! ¡Dios! ¿¡Por qué dejas que me pasen estas cosas!?

Cayó de rodillas al suelo, vencido y suspiró.

—Que desafortunado soy.

El auto ni siquiera se detuvo. Quizás no lo vio. Quizás simplemente no le importó.

Con lágrimas en los ojos, Kamijou se lamentaba.

Ni siquiera había memorizado la dirección.

—¿Cómo llegaré a mi destino? ¡¿Dormiré en la calle?!

Al ver esto, los dos chicos sintieron lástima por lo que le ocurrió a Kamijou.

Como una forma de animarlo a seguir adelante, Shido habló.

—Creo que aún recuerdo la dirección...

Kamijou levantó la mirada. La esperanza volvía a sus ojos.

—¿¡En serio!? ¿¡De verdad!?

—No sé dónde queda, pero recuerdo el nombre del lugar.

Después de escuchar esa dirección, Tonomachi respondió.

—Ah, eso. Es una zona de departamentos al otro lado de la ciudad.

—¿Era eso? No lo sabía.

—Para eso está "El Gran Tonomachi", para ayudar.

Kamijou lo miró en silencio, con una gota de sudor bajando por su mejilla.

Por una extraña razón, sintió que esa voz le era bastante familiar y muy molesta.

—De todas formas, gracias por ayudar a este Kamijou-san —dijo, haciendo una reverencia.

—¿Kamijou? —repitieron ambos chicos al unísono.

—Sí... ¿Pasa algo?

—Es solo que... —empezó Shido.

—Tu nombre hace referencia a "Kami" / Dios... La persona superior a Dios —dijo Tonomachi con una sonrisa.

—Sí, ya me lo habían dicho. Curiosamente esta mañana... también de alguien de su escuela.

—¿Oh, en serio? Debe ser una bendición ser visitado por una chica en un hospital.

—Bueno, mi experiencia me dice que no es necesariamente buena.

Kamijou respondió ante la visión idealista de Tonomachi y siguió hablando.

—Probablemente sea del mismo grado que ustedes. Pero, ahora quiero saber cómo llegó a esa dirección.

—Ah, tienes que tomar el autobús que está de aquí a unas calles antes de doblar por una tienda de neko-café, luego avanzas una calle más y encontrarás un paradero que te llevará a esa dirección. Si en el caso no te lleva exactamente en esa calle, lo más probable es que te deje en un parque cerca la hilera de edificios, y bueno... la habitación es algo que sabes, ¿no?

—Por supuesto, no soy tan tonto, ¿por quién me tomas?

—Es bueno ayudar.

—¡Tanto tiempo y al final lo conseguí!

Ahora, el chico estaba gritando de felicidad.

—¿Tanto tiempo? —los dos chicos preguntaron al mismo tiempo.

Kamijou Touma se detuvo de gritar al escuchar eso.

—Si... Eso... Realmente no sé cuánto tiempo paso. ¿30 minutos? ¿45 minutos? ¿1 hora?

—¿Ese tipo de situaciones es posible?

Shido preguntó, estando incrédulo por lo que acababa de escuchar.

— Desafortunadamente para mí, eso es posible y lo digo por experiencia.

El chico de cabello puntiagudo que recientemente estaba feliz, pronto se inundó de tristeza al recordar su mala suerte.

—¡Oh, lo lamento! ¡No quise hacerte sentir mal!

Shido trató de disculparse.

—No para tanto. Creo que me estaban confundiendo con un delincuente, quien sabe...

—¡JAJAJAJA...JA! ¡¿En serio?! ¿Realmente te pasó eso?

Tonomachi no pudo evitar reír.

—Si...Créeme, no estoy bromeando cuando digo que algunas veces fui confundido con la imagen de un delincuente. Es malo, muy malo. Ser perseguido por chicas, meterse en problemas con pandillas y tener que mostrar documentos de identidad a las autoridades o ser evitado por los demás, aunque eso último suele ocurrir muy poco.

—Disculpa a Tonomachi, él puede ser un poco insensible.

—No me trates así, Itsuka-san.

—Gracias por la ayuda. Yo seguiré mi camino, así que... nos vemos en otra ocasión, supongo.

—Es un gusto encontrarse con personas interesantes.

—¡Oye, ¿Eso debería considerarse como un cumplido?!

Shido reprendió a su amigo por faltarle el respeto a ese chico.

Tanto Tonomachi Hiroto como Itsuka Shido se despidieron del chico que acaban de conocer.

Y sin saberlo, esta no sería la única vez en la que se encontrarían.

Parte 7.

—...Aahhh...

Kamijou dejó escapar otro suspiro.

Mientras el sol se ocultaba, caminaba por una calle comercial, arrastrando los pies como un anciano.

No era producto de la fatiga, más bien el calor de la primavera lo estaba sofocando.

—...Hace demasiado calor —se quejó, secándose la frente con el brazo.

—No puedes simplemente parar esto —murmuró, como si hablara con Dios, esperando que le escuchara.

—¿Hmm...?

De pronto, levantó la cabeza.

Sintió algo frío caer en su cuello.

—...Uwa...

Él dijo como si estuviera gimiendo, y una mueca apareció en su rostro. Luego, movió su mirada a sus alrededores viendo que las pocas personas que caminaban por esa calle se estaban refugiando en las tiendas y edificios.

Antes de que se diera cuenta, el cielo estaba siendo cubierto por pesadas nubes grises.

—Jejeje... Je... —una sonrisa amarga se dibujó en su cara—. ¡Cuando dije que pararas no quise decir que mandaras lluvia otra vez!

Como si el cielo le respondiera, grandes gotas comenzaron a golpear el asfalto.

—Argh, maldición.

Como si el día estuviera riéndose de Kamijou Touma, la lluvia tomó mayor fuerza.

(No importa)

Kamijou echó a correr hacia la estación.

Refugiarse significaba perder el siguiente autobús, y no podía permitírselo.

(Espero que no llueva tanto como en la mañana...)

Mientras doblaba por la calle en donde estaba un neko-café, Kamijou frunció el ceño al sentir una fría sensación esparcirse por todo su uniforme.

Pero no había tiempo.

—¡Tan desafortunado!

Para su sorpresa, un autobús llegaba al paradero.

(Ese debe ser... el autobús)

Pero... Al ver que no había nadie, el autobús comenzó a arrancar.

—¡Nooo!... ¡Esperen!... ¡Aquí!... ¡Paren!... ¡Paren el autobús!...

Kamijou comenzó a correr con todas sus fuerzas tratando de llamar la atención del conductor.

—¿Qué haces, chico? ¡Es peligroso! ¿Y si te atropello?

—¡Lo siento! ¡Venía detrás del autobús!

—Bah, sube de una vez.

Y así, Kamijou Touma logró abordar el transporte público.

Unos 25 minutos después, había llegado al punto de referencia: el parque que Tonomachi Hiroto le había mencionado. Desde ahí, se veía una hilera de edificios.

—Sí, debe ser eso...

Se bajó del autobús y comenzó a caminar hacia esa dirección.

—Tuve que pasar varios obstáculos, pero al final llegué.

Después de estar frente al edificio, empujó la puerta de metal y vidrio y entró a los interiores para luego subir a un ascensor y apretó el piso 6.

Dentro del ascensor, notó que era mucho más grande y limpio que el edificio en donde vivía.

Al igual que la mayoría de los ascensores, este también emite un "ding" al detenerse en el piso que deseaba la persona.

—¿Eh?

Kamijou finalmente empieza a buscar el número de la puerta del cuarto que le habían dado, en la hilera de puertas a lo largo del corredor.

Hasta este punto, este edificio era mucho mejor que su apartamento estudiantil, tenía mucha expectativa al entrar en su nuevo cuarto.

Después de encontrar el número de la puerta, Kamijou parado al frente, habló para sí mismo.

—Bien, se supone que debo entrar.

Y después de tomar una respiración profunda una vez más, Kamijou insertó la llave y giró la perilla, abriendo la puerta.

—Muy bien. Ahora, a revisar como es el cuarto.

Kamijou rasca su cabeza mientras pasaba y cerraba la puerta.

Sin embargo, al entrar a este cuarto tuvo una sensación extraña.

Una sensación de peligro.

Este mal presentimiento hizo que su cuerpo temblará.

En ese momento, Kamijou estaba por pisar el tapete, rápidamente cambió de idea.

Simplemente, se quitó los zapatos y lo puso en otro lado. Mientras caminaba hacia la sala, vio que era un departamento más grande lo que estaba acostumbrado.

—Esto está bien.

No podía evitar sentir feliz, tenía un lugar para quedarse.

Sin embargo... Se mueve hacia la otra habitación y ve que la puerta estaba abierta, Kamijou entra.

Lo que hay frente a él es una cama.

—¿Eh?

Su cuerpo se congeló al ver que alguien estaba allí, una chica que se estaba desvistiendo de su ropa escolar. El chico puede ver claramente los medianos pechos, las piernas y quien sabe más pudo ver de la chica.

—¡W...WAAAAAAAAAAAAA! ¿¡NO SABÍA QUE ESTE CUARTO ESTABA OCUPADO!?

En un estado totalmente confuso, Kamijou se olvida de taparse los ojos viendo el cuerpo esbelto de una chica de cabello Blanco Plateado.

—¡Tú eres...!

—¿Ehh...?

Kamijou, realmente conocía esa chica. Era la misma de esta mañana en el hospital.

Su nombre era...

—¡Tú eres... Tobiichi Origami!

Por un momento, Kamijou piensa que todo esto era una broma.

Si hubiera llegado unos segundos tarde, otra sería la situación... Una situación bastante vergonzosa.

—Yo... Yo...

Tragó saliva. No sabía cómo reaccionaría ella después de que la había visto así.

A pesar de su apariencia fría, no podía predecir su respuesta. Solo pensarlo ya le provocaba escalofríos.

—¡Lo siento mucho!

Kamijou salió de la habitación con la puerta cerrándose con fuerza.

Parte 8.

—...Me preocupaba que no pudieras entrar a mi casa.

—¿Qué? ¿Muy preocupada?

—Me refiero a las trampas.

—¿Ah? ¿Estás hablando en serio?

—Sí... Creo que tuviste suerte de evitarlas, o tal vez yo necesito mejorarlas.

—¡Suficiente! ¡¿Quién pondría trampas en la entrada?!

Origami no dijo nada mientras evitaba la mirada, pero entonces...

—Sobre lo de antes... esto... me quedé atrapado por lo linda que eras.

Después de decir eso, Kamijou cerró los ojos mientras movía sus brazos como si tratara de proteger ante el inminente ataque.

Para sorpresa de él, no recibió una mordida, una cachetada ni un golpe.

El ataque nunca llegó y los ojos del chico se abrieron.

(Esto se volvió incómodo.)

—Nunca nadie me había llamado linda antes. ¿Estás mintiendo?

—¡No te estoy mintiendo! ¡Eres tan linda como una muñeca! ¡Con un traje de sirvienta seguro ganarías puntos de onee-san! Bueno, eso es decir mucho, pero... si eres una muñeca.

Apenas terminó de hablar, Kamijou se dio cuenta de que se había pasado.

(¡Oh, no... me dejé llevar!)

La chica de cabello blanco plateado lo miró en silencio. Kamijou comenzó a sentirse cada vez más incómodo.

—Eres raro.

—¿Esto... estás molesta por mi comentario?

—No. Solo me sorprendió que alguien me dijera linda.

—¿Qué? ¡¿No te has visto en un espejo?!

El chico de pelo alborotado lo dijo con tanta convicción que parecía un regaño.

—¡Estás desperdiciando tu gran potencial!

—No entiendo lo que dices. Ah, por cierto... ya sabía que Ryouko te estaba enviando hacia mi apartamento.

—¿Eh? ¿Lo sabías?

Kamijou habló con voz sorprendida. Origami asintió.

—Sí. Pero no pude predecir cuándo llegarías.

—Así que llegué en un mal momento —respondió Kamijou encogiéndose de hombros—. No sé por qué no me sorprende. Pero dijiste que es tu apartamento, ¿cierto?

—Si. Dudo que ella te permita vivir en su apartamento.

—Eh... ya que lo mencionaste antes, ¿no tienes problema con que me quede aquí, verdad? Sé que fue incómodo lo que vi, pero... no quiero arruinar mi reputación. Solo quiero estar en buenos términos contigo.

—De qué hablas. Si eres el testigo. Lo más probable es que logres recuperarte y sería la primera persona en saber lo que haya ocurrido en ese lugar.

Esa chica dijo eso con una voz monótona. No le importaba el chico sino esa información.

Mientras recorría con la mirada la habitación, Kamijou notó que solo había una cama, un escritorio y pocos objetos personales. Parecía que Origami vivía sola.

—¡¿Vives sola?! ¿Tus padres están de viaje o algo así? Seguro te apoyan económicamente para vivir aquí. No quiero abusar de tu amabilidad. Sería un golpe a mi orgullo como hombre... aunque con lo que tengo ahora, es poco lo que me queda.

Origami se quedó en silencio.

—Debe ser difícil... Puedo entenderlo. Vivir solo siendo estudiante de preparatoria no es sencillo.

—Papá y mamá están muertos —dijo de pronto, mientras apretaba su brazo derecho—. Fueron asesinados por una criatura hace cinco años.

—¿Te refieres a un animal...?

—No... De todos modos, no importa hablar de eso ahora.

—No tenía idea... Debí pensar antes de tocar un tema tan delicado. Lo siento.

Kamijou la miró a los ojos. En ellos vio algo más allá de la frialdad de su voz.

Dolor. Mucho dolor y una profunda soledad.

Esos ojos sombríos contaban una historia que ella había soportado sola.

Hace cinco años. Si ahora tenía alrededor de 15 o 16, entonces tenía apenas 10 u 11 cuando esa tragedia ocurrió. Quizás eso explicaba su actitud fría y distante.

Si las cosas hubieran sido distintas, tal vez... Origami sería una chica completamente diferente.

—No volveré a tocar ese tema. —dijo Kamijou evitando la mirada de la chica con la cabeza hacia abajo.

—Por cierto, tienes la ropa mojada y huele mal.

—Ah, eso... Pues verás... —comenzó Kamijou con tono avergonzado—. Mientras pedía ayuda a unos chicos con la dirección que me dio Ryouko-san, un charco de agua sucia cayó sobre mí. Pensé que estaba todo perdido, pero uno de ellos me ayudó. Luego, una lluvia fuerte me empapó por completo y casi pierdo el autobús...

—Entiendo. Ve a darte una ducha. Está tras esa puerta. Allí encontrarás todo lo que necesitas.

Dijo Origami apuntando afuera de la puerta de su habitación.

Kamijou asiente con la cabeza y mueve su cuerpo hacia el baño.

Mientras cerraba la puerta tras de sí, no podía dejar de pensar en aquella mirada.

Parte 9.

El agua caliente de la ducha seguía cayendo sobre el cuerpo de Kamijou Touma, que tenía la mirada fija en el suelo mientras pensaba en todo lo que le había pasado en este día.

(Nada de esto tiene sentido. Es como si... como si mi pasado se hubiera borrado por completo... Los eventos no concuerdan en absoluto. Es como si todo hubiera desaparecido. No puedo... no puedo creer en esta posibilidad de fantasía. No es posible. Oh, puede que se trate de otro mundo. ¿Mundos paralelos? ¿Esto podría demostrar la existencia de mundos paralelos?)

La teoría del Multiverso o de la Banda Elástica. Esas teorías eran tan diferentes entre sí, pero en este caso, la teoría del multiverso era una realidad.

Kamijou cerró los ojos un momento, dejando que el agua caliente corriera por su rostro mientras trataba de ordenar sus pensamientos.

(Si esto realmente es un mundo distinto... ¿entonces el yo de este mundo...? ¿Dónde está? ¿O acaso he sido "trasplantado" aquí sin que nadie se dé cuenta?)

El pensamiento era tan desconcertante como perturbador. Pero por más vueltas que le daba, no encontraba una explicación lógica. Su instinto le decía que todo lo que había vivido hasta ese momento no era un simple sueño ni una alucinación. Era real, tan real como el calor del agua o el vapor que se acumulaba en los espejos del baño.

(¿Debería simplemente rendirme?)

Kamijou cerró el grifo de la ducha, se secó con la toalla y se vistió con las ropas limpias que Origami le había dejado.

Multiverso. La teoría del multiverso dice que por cada decisión que no tomamos, se crea una nueva realidad.

Un leve escalofrío le recorrió la espalda, pero no por el frío. Era la inquietante posibilidad de que existieran infinitas versiones de sí mismo viviendo vidas completamente distintas. Universos de todo tipo, incluso mundos utópicos o distópicos.

(No puedo permitir que esto me detenga.)

Después de vestirse, Kamijou salió del baño dejando escapar un largo suspiro. Pero al levantar la vista, vio a Origami de pie, observándolo en silencio.

—¿Tobiichi-san?

Ella se giró lentamente y caminó hacia una pequeña mesa.

—Sígueme.

Kamijou asintió y la siguió. Ambos se sentaron en el suelo, frente a una mesa baja donde Origami ya había servido té.

Él tomó la taza y bebió un sorbo mientras la observaba hacer lo mismo.

—Ah, sí. Hace unos minutos, Ryouko me llamó —dijo Origami sin rodeos—. Te inscribió en la Preparatoria Raizen para que puedas continuar con tus estudios.

—¿¡Qué?! ¿¡Tan rápido!?

El chico casi escupe el té de la sorpresa.

—¡Eso significa que...!

—Estarás en la misma escuela que yo. No te preocupes, Ryouko se encargó de todo el papeleo. Incluso de los materiales.

—Vaya... Supongo que solo espero no causarle problemas a nadie.

—Como no conoces la escuela ni el camino, yo te llevaré.

—¿Estás segura?

—Por supuesto. ¿Quién más lo haría?

Kamijou la miró, algo sorprendido por su naturalidad. Al final, aceptó la ayuda con una leve sonrisa.

—No sé si esto sea buena o mala suerte... —murmuró para sí mismo.

Origami alzó una ceja al escuchar ese comentario apenas audible, pero no dijo nada al respecto. Se limitó a tomar otro sorbo de té, con la mirada fija en la taza.

—Gracias por todo, Tobiichi-san.

—No es necesario tus palabras.

Origami respondió con una voz fría, pero Kamijou sonrió.

—Quién diría que volveríamos a encontrarnos así tan pronto.

—¿Tratas de empezar una conversación?

—Bueno, sí. Es solo que es un poco difícil si no muestras interés o emoción en tus palabras.

Origami cerró los ojos y dijo.

—¿Emoción? Hace mucho que dejé de sentir algo así.

—¿Qué?

Kamijou Touma no iba a olvidar esas palabras.

Facts.

- Un proceso externo modifica el "punto de referencia" de su mano derecha "Imagine Breaker", haciendo desaparecer a Kamijou Touma de su mundo original y desviando radicalmente la continuidad de la historia. Este hecho desafía la teoría de los mundos paralelos tipo banda elástica que tiene la cosmología de Toaru Majutsu no Index.

- Imagine Breaker no es un poder científico o mágico. Permite cancelar poderes sobrenaturales como poderes espers o la magia con el contacto de la mano derecha.

- El Santo Ángel Guardián Aiwass y otro ser trascendental, responsable de la desaparición de Kamijou Touma, discuten sobre su destino, lo que podría alterar los planes de Aleister Crowley refiriéndose a él como "Estrella de Plata".

- El terremoto espacial es un fenómeno cósmico de la serie de Date A Live que genera una onda masiva capaz de destruir todo a su paso, con eventos previos que devastaron grandes áreas, como el Desastre de Eurasia y el sur de Kanto.

- Shido y Tonomachi sienten pena por Kamijou. Tonomachi le da instrucciones para llegar a la dirección de Tobiichi Origami, donde tiene un encuentro inesperado, pero ella no se muestra avergonzada y dice que lo estaba esperando.

- Después de recibir ayuda de Tonomachi y Shido, Kamijou revela que su nombre, "Kamijou", contiene el kanji "Kami" (Dios). Esto recuerda a Fiamma de la Derecha, quien, al absorber el Imagine Breaker con su poder Holy Right, obtiene la "Persona Superior a Dios", en una referencia al nombre de Kamijou.

- Kamijou finalmente acepta que está atrapado en un mundo paralelo debido a la distorsión de la realidad y los eventos que no concuerdan con su mundo original.

- Tobiichi Origami menciona que dejó de sentir emociones hace mucho tiempo, lo que revela un dolor oculto en su pasado. Esta pérdida de emoción está vinculada a un trágico incidente ocurrido hace cinco años, cuando sus padres fueron asesinados por una criatura, pero Kamijou decide no insistir en hablar de ese tema.