La noticia de mi plan para ir a Namek había encendido una nueva llama de esperanza en Bulma. Para ella, la idea de recuperar las Esferas del Dragón y, con ellas, la posibilidad de revivir a sus seres queridos, era una motivación inmensa. Su luto por Vegeta, por su padre, por todos, había sido una carga silenciosa durante años.
"¡Ir a Namek! ¡Gohan, eso es... una locura maravillosa!", exclamó, sus ojos brillando con el genio que la caracterizaba. "Pero tienes razón. Es la única forma de recuperar a Kami y las Esferas. Y también la única forma de que tú tengas un maestro para perfeccionar el control del Ki puro y quizás, de tu Forma Mística, con alguien que realmente entienda los orígenes de la energía."
El laboratorio de la Capsule Corp. se convirtió en un hervidero de actividad. Bulma, con la ayuda de Trunks y los pocos ingenieros que habían sobrevivido, puso manos a la obra en la construcción de una nueva nave espacial. No sería tan grande como la que usaron Goku y sus amigos, pero sí sería más eficiente, más compacta y, crucialmente, diseñada para un viaje rápido.
"Necesito una nave que sea lo más sigilosa posible", le expliqué a Bulma. "No sabemos qué nos espera en el espacio. Y quiero que sea capaz de hacer el viaje de ida y vuelta con la menor necesidad de reabastecimiento."
Bulma, ya con sus planos extendidos, asintió vigorosamente. "Ya lo tengo. Utilizaremos la tecnología de propulsión de plasma invertida. Será lenta al principio, pero una vez que salga de la atmósfera terrestre, alcanzará velocidades impresionantes. Y le añadiré un sistema de camuflaje óptico, por si acaso."
Mientras Bulma se sumergía en el diseño de la nave Namekiana, mi mente se dirigió a otro proyecto, uno mucho más complejo y delicado: la máquina del tiempo.
"Mamá", le dije un día, encontrándola revisando los diagramas de la nave espacial. "También necesitamos construir la máquina del tiempo."
Bulma dejó caer su lápiz. Me miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. "Gohan... ¿la máquina del tiempo? ¿Para qué? Derrotamos a los Androides. El futuro está a salvo aquí."
"Sí, este futuro lo está", respondí, mi voz más grave. "Pero hay otros. Recuerda mi visión. No solo vi este futuro. Vi cómo Trunks, mi Trunks de este futuro, regresaba al pasado para cambiarlo. Para evitar la muerte de Goku. Para darles a ellos la advertencia que nosotros nunca tuvimos."
La expresión de Bulma se ensombreció. Ella había escuchado mis relatos sobre el otro Trunks y su viaje. Era una teoría, un eco de mi propia reencarnación que habíamos discutido, pero ahora la presentaba como un hecho, como algo que debía suceder.
"Si yo no hubiera reencarnado aquí, si no hubiera cambiado este futuro, Trunks habría sido el único superviviente. Habría tenido que viajar al pasado para evitar que el desastre ocurriera allí. Para que el 'otro' tú y el 'otro' papá no sufrieran. Necesitamos asegurar que ese camino también exista, que él tenga esa opción. Este futuro está bien, pero el otro... necesita una advertencia."
Bulma se tomó un momento para procesarlo. La idea de un Trunks de otro futuro viajando al pasado para salvar un universo paralelo era compleja, pero no descabellada para ella. La ciencia interdimensional siempre había sido su fuerte.
"Entiendo", dijo finalmente, con una pizca de tristeza en su voz por la idea de otro Trunks sufriendo. "Será un proyecto mucho más complejo que la nave Namekiana. Requerirá recursos masivos y una tecnología experimental. Nunca he intentado algo así con la escasez actual. Será un desafío épico."
"Lo sé, mamá", dije. "Pero si hay alguien que puede hacerlo, eres tú. Y es necesario. Es por la vida de todos, en todos los futuros posibles."
Así, el laboratorio de la Capsule Corp. se dividió. Una parte se enfocó en la construcción de la nave espacial para mi viaje a Namek, un símbolo de nuestra esperanza de resurrección y curación para nuestro mundo. La otra, más enigmática y consumidora de recursos, comenzó la delicada labor de construir la máquina del tiempo, un puente hacia otras realidades, asegurando que la paradoja, si llegaba a ser necesaria, estuviera lista. Dos proyectos monumentales, un solo objetivo: asegurar que la oscuridad de este futuro nunca se repitiera, en ninguna dimensión.